
El incendio que
ayer afecto a la empresa Polyplas, en el sector de Villas Agrícolas, es
una tragedia de gran dimensión que obliga a las autoridades y a la
sociedad a expresar su solidaridad con las familias afectadas
directamente por la tragedia, con la comunidad donde hasta ahora operaba
la empresa, y con la familia de Manuel Diez Cabral, como principal
accionista, por lo que esto representa en el conjunto de sus operaciones
empresariales.
Hasta el momento se ha reportado la
muerte de tres personas, pero es muy probable que haya más personas
fallecidas en el incendio, mientras que otras 49 personas han sido
rescatadas con heridas y lesiones, algunas de consideración. Lo que
hemos visto la tragedia de cerca nos hemos percatado de la dimensión de
la misma y del horror de los empleados que salvaron sus vidas, que se
negaban a marcharse del lugar sin tener datos de sus compañeros que aún
no eran rescatados.
Nuestra solidaridad con la comunidad de Villa Agrícolas y
con los empleados y accionistas de Polyplas. El mensaje de Manuel Diez
Cabral es suficientemente claro: Lo que importa a los propietarios de la
empresa no es lo material, sino la seguridad de sus colaboradores. Esto
lo hizo público este miércoles Diez Cabral: “Lamentamos
profundamente la tragedia que acaba de ocurrir en una explosión en
nuestras instalaciones de Polyplas. Aún desconocemos la magnitud del
siniestro y lo que lo originó. Para nosotros lo más importante es la
integridad de nuestros colaboradores”.
El siniestro ha ocurrido en estos
primeros días de diciembre, cuando la generalidad de las empresas
realizan sus fiestas y demás actividades para celebrar el fin de año y
la llegada de un nuevo año, y cuando las empresas y el gobierno entregan
el bono de navidad, que resulta en una apuesta adicional de las
familias por la prosperidad, mejorar las condiciones de sus casas o
cumplir compromisos contraídos. Por eso esta tragedia, este luto para la
ciudad capital dominicana, es de doble dimensión.
Las unidades de los cuerpos de bomberos y
Defensa Civil de la capital se han movilizado con agilidad, apoyadas
por unidades de la Policía Nacional y de miembros del Ejército, para
ofrecer apoyo en el control del incendio. Se ha logrado terminar el
incendio, pero se ha dicho que el peligro no ha cesado, por los
componentes químicos en la escena del siniestro.
Preocupa también que personal de la empresa Polyplas, al momento de producirse la explosión y desatarse el incendio que posteriormente creció, se hayan comunicado con ejecutivos de la Refinería de Petroleo (REFIDOMSA) para solicitar el envío de espuma con qué hacer frente con eficacia al siniestro. El gerente general Héctor Leonel Grullón habría negado el apoyo, que posteriormente el presidente de la Refinería -Felucho Jiménez- habría autorizado. Pero ya era muy tarde. Ojalá que estos elementos sean considerados en una investigación detallada de esta tragedia.
Este es también un momento para pensar en
la necesidad de brindar apoyo a los cuerpos de bomberos, tan útiles en
situaciones como estas, y que generalmente sobreviven en precariedad y
faltos de equipos y otros instrumentos para enfrentar con eficacia
tragedias como esta de Polyplas.
En medio de la consternación que esta
tragedia ha provocado, y poniendo la vista hacia el porvenir para que
las empresas adopten medidas de seguridad extrema para evitar tragedias
parecias,
expresamos nuestra solidaridad con las personas y las familias
afectadas, y con los gerentes y demás personal vinculados a Polyplas,
con la seguridad de que harán los arreglos de lugar para restablecer su
normalidad, y aportar apoyo psicológico a las familias y personas que
han sobrevivido al terror del este siniestro.
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